El jueves pasado tuvimos el primer contacto con el mundo PILMA. Lámparas, sofás, camas, mesas y demás, con un toque de diseño y un orden exhaustivo, nos dieron buenas vibraciones iniciales.
La iluminación fue uno de los factores que nos pareció más estudiado en el conjunto. Además de utilizar las propias lámparas de exposición con una luz tenue, también disponían de unos raíles distribuidos linealmente en el techo del local, dónde los focos articulados están ubicados en función de la distribución de la exposición.
En lo que se refiere a la iluminación natural, se aprovecha al máximo ya que los cerramientos son de vidrio en todo el establecimiento. Aprovechando el paso de luz, el arquitecto ha querido situar el rótulo de la empresa en el expositor principal, de forma que se generan unas sombras de las propias letras en el interior.
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