En la entrada de hoy queremos hacer referencia a una de las obras de un interiorista que nos ha llamado la atención, por su sencillez y los espacios poco recargados.
Ésta vivienda en concreto reinterpreta de forma contemporánea algunas de las características de la casa mediterránea: el porche, el patio, la madera, el color blanco...
En planta baja la casa se organiza alrededor de un patio central que queda enfrentado a la entrada principal de la vivienda. El resto del programa se desarrolla cerca del jardín, en una secuencia de cocina-comedor, estar, dormitorio, todos abiertos al porche y potenciando al máximo las diagonales interiores de la casa.
Exteriormente la casa es un volumen simple de color blanco que contrasta con el verde de los pinos de la parcela. Unas lamas de pino tamizan la luz de tarde sobre las habitaciones de los hijos. Dentro, en cambio, las texturas enriquecen la luz que proviene del patio interior y del porche. La obra vista recorre los cerramientos largos de la casa y los muebles de wengué organizan la planta alrededor. La chimenea de ladrillo, emerge por encima del volumen y fija la casa sobre el paisaje.
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